Tanto la Psicología Sanitaria como la Psicología Forense parten de la misma disciplina científica: LA PSICOLOGÍA. Es de crucial importancia estar formado en cada ámbito de forma específica.
Por ello, ambas deben compartir un gran conocimiento sobre psicopatología, personalidad, apego, trauma, técnicas de evaluación e intervención, entre otras.
Completé mi habilitación sanitaria como Psicóloga con el Máster de Psicología General Sanitaria y con mi colegiación en el Colegio Oficial de Psicólogos de Castilla y León nº CL05944. Soy Experta en Trastornos de Personalidad y en Clínica Infanto Juvenil, realizando investigación en suicidio asociado a este tipo de psicopatologías.
Mi experiencia me ha ido demostrando la importancia en las relaciones y vivencias desde la infancia, por lo que comencé mi formación en trauma y apego, y Terapia con EMDR.
Soy una persona inquieta, siempre en busca de nuevos desafíos y oportunidades para crecer tanto a nivel personal como profesional. Mi curiosidad me impulsa a explorar, aprender y salir de mi zona de confort, lo que me lleva a profundizar en cada aspecto del comportamiento humano, especialmente dentro del ámbito judicial. En el trabajo de un psicólogo forense, cada caso representa una oportunidad para aplicar mis conocimientos de manera innovadora, comprendiendo y evaluando las complejidades emocionales y psicológicas que afectan a los individuos involucrados en procesos legales.
Cada reto en el campo forense me motiva a mejorar mis habilidades, y afronto cada situación con creatividad, empatía y enfoque. Considero que la superación personal es clave para ofrecer un análisis riguroso y justo, que contribuya a la correcta administración de la justicia. Siempre busco alcanzar la excelencia en lo que hago, con una atención meticulosa a los detalles y un compromiso ético firme.
La profesionalidad es un valor fundamental que guía cada una de mis intervenciones. En el ámbito de la psicología forense, la objetividad y la ética son esenciales, por lo que me esfuerzo por ofrecer informes y evaluaciones basadas en principios científicos, sin sesgos ni prejuicios. Mi trabajo está orientado a servir de apoyo al sistema judicial, proporcionando información objetiva y útil para las decisiones que se tomen.
Además, la empatía es un principio que me define profundamente. Comprender las emociones y experiencias de las personas involucradas en un proceso judicial, ya sea una víctima, un acusado o un testigo, me permite realizar evaluaciones más completas y humanizadas. La empatía me ayuda a conectar con las personas, lo que es crucial para obtener una visión profunda y precisa de los aspectos psicológicos involucrados en los casos. Esta conexión me permite brindar una comprensión más amplia de las dinámicas humanas, elemento esencial para hacer recomendaciones informadas y justas.
Si algo me define en mi trabajo como psicólogo forense, es mi capacidad de adaptarme a cada situación, aprender de cada caso y seguir avanzando con determinación. Los nuevos retos en el ámbito judicial son oportunidades para seguir perfeccionando mis habilidades y aportar soluciones que realmente marquen la diferencia en la vida de las personas, ayudando a la justicia a ser más humana y precisa.